Proyecto Documental "Koldra"



“¿Para que filmas...? Que vas a andar gastando en esto.Que loco que sos... Para que gastar, podrías hacer algo más importante, más bueno...”
Leontina (archivo DV 1994)

Documental poético largo de 90 min. Aprox.

En Off Marcel (sobre una textura de viaje)
Pareciera que cuando extrañamos,
no extrañamos un lugar sino un estado.
Extrañamos ese lugar propio
donde transcurrió nuestra infancia,
porque ese lugar despierta nuestras ensoñaciones originarias.
De algún modo, esos sitios
nos devuelve nuestra existencia inconclusa,
nuestra vida despojada de trayectorias y designios.
Vivimos desde un sitio originario
y este provoca una nostalgia que no nos abandona.
Nos hace extrañar esa casa primitiva donde somos nosotros mismos,
porque solo allí nos sentimos hallados.

El hilo conductor, la unidad que sobrevuela los distintos fragmentos de los que está conformada la película es Leontina Kuczala. Ella extendió una tradición familiar, cosiendo “colchas de camas”, Koldra na lusrko, (hechas de retazos de telas sobrantes de otras prendas) para sus hijos, nietos, bisnietos, parientes y amigos. Esa denominación en polaco, “Koldra”, es el título de este film, pues de algún modo sintetiza la búsqueda de distintos elementos (lugares, personas, fotos, filmaciones) que permitan reconstruir aquello que conforma nuestra identidad, los fragmentos de los que estamos hechos y que constituyen lo que somos y, además, representa claramente la estructura de narración de esta película.

El film está compuesto por estructuras independientes que conforman un gran koldra. La elaboración de los mismos está realizada en base a recortes de la vida cotidiana de Leontina, fotografías y material de archivo, voz en “off” de poesías leídas por Leontina, metáforas ficcionalizadas como ensoñaciones o sueños, ritos y hábitos que definen el lugar, evocaciones subjetivas, etc.; todos estos elementos matizados con la presencia-ausencia de la muerte que sobrevuela los diálogos que Leontina establece, reforzados por los
rudimentos de ficción que aparecen como complementos imprescindibles de sentido a lo largo de todo el film. Quienes emprendieron este proyecto, son nietos de Leontina.





Leontina tiene 85 años, nació en Estados Unidos. Cuando contaba con 10 años, sus padres deciden regresar con sus hijos a su país de origen, Polonia, donde vivió hasta los 17 años. A esa edad decide inmigrar con su marido a la Argentina, dejando en aquel país parte de su familia. Vive desde hace 67 años en la provincia del Chaco. Gran parte de esos años transcurrieron en el campo, donde trabajó junto a su marido y, otra parte, en el pueblo de Coronel Du Graty.

Off Leontina (sollozando)
Barcos de muerte
de silencios, de regresos,
puertos de agua.
Agua oscura donde se hunden los sueños,
tierra pura a ambos lados del universo.
Se juntan en mi vena y circulan
como el reverso de una lucha,
que apretando la memoria, sacude las horas lentas
los márgenes encendidos.
En el fondo de los reflejos
se conjura la sangre revolcándose en el suelo.
Como se perfuman y se mezclan los retazos
cosidos en un Koldra,
se enredan en rondas
la nostalgia y los recuerdos




El film trata de la búsqueda de elementos (lugares, personas, fotos, filmaciones) que permitan reconstruir aquello que conforma nuestra identidad, los fragmentos de los que estamos hechos y que constituyen lo que somos. En este caso, como en tantos otros, esto significa la arqueología de los momentos de la infancia, un ejercicio de la memoria adonde llegan imágenes caóticas pero plenas de sentido porque reavivan la nostalgia, la necesidad del regreso.
Leontina
“…Cuando muera no sé quien
va a llevar esto…
Este hice cuando Eduardo estaba en la operación.
Una señora alemana traía trapitos
para que yo no piense del hijo.
¡Sabes que buena que era! Trabaje abuela –me decía-
no piense del hijo. Va a salir todo bien…”

La omnipresencia de la muerte en la vejez se deja entrever en cada uno de los diálogos que Leontina promueve. Ese componente que se desoculta una y otra vez en sus palabras como la amenaza del final, convierte a la vida en una porción más fascinante. Retratar esa vida, enmarcada en su resistencia final, junto a otros fragmentos que respiran el mismo ambiente, pretende ser parte de una reconstrucción de la identidad de quienes planteamos la realización de esta película.


Aspiramos a rescatar retazos que muestren lo que nos ha “abrigado” durante todo este tiempo y lo que nos permite ser lo que somos. Esos retazos que individualmente parecieran no tener utilidad, adquieren su sentido en relación a los otros. Los fragmentos que parecieran más insignificantes no se pierden, se transforman en una gran imagen que nos expone. Además, representa claramente la estructura de narración de esta película y los diversos formatos que utilizamos (fotografias digitales, archivo filmico en 35 mm, 16 mm, Beta, Beta digital, DV, SVHS, VHS, super 8, archivo fotográfico).







Representa la mezcla de texturas, colores, que no pretenden narrar estrictamente algo sino dar la impresión de los distintos fragmentos de los que estamos hechos, pedazos que unidos pretenden ser estéticamente atractivos y conformar una imagen que permita también a otros reconocerse.




La inclusión de imágenes en video, (archivo 1992, archivo 1994, archivo 1998) permite vislumbrar el proceso de construcción de la película. Introducir las imágenes en video permite la proximidad, el olor a intimidad que se escapa con la puesta en escena fílmica. Las imágenes en video no son un aspecto secundario de la película, sino que ocupa un espacio fundamental, imposible de reemplazar con lo fílmico. Concebimos uno y otro, imbrincados, en su mutuo antagonismo, “el cine (refugiado en la ficcón por incapacidad de aprehender la realidad tal como es) y el video (instancia de hipervisibilidad) encuentra cada uno en su interlocutor respectivo, el contrapeso indispensable para dar el tono justo del film, su equilibrio”



Tener un ámbito propio, construir un lugar, fundarlo para crear un espacio habitable se hace fundamental para todo ser humano. Siempre privilegiamos sitios y jerarquizamos lugares, donde uno se siente más cómodo, donde uno “es”. Por esto es que existen lugares que amparan y otros donde el mundo exterior se percibe como una amenaza. Existen sitios que permiten encontrarnos con nosotros mismos y otros donde uno se dispersa. Hay espacios que nos albergan y nos hacen sentir la intimidad de un hogar y hay otros donde el exterior es tan agresivo que experimentamos la inseguridad y la desconfianza.

Off Leontina
Quiero soñar en mi casa
y permanecer en silencio un día entero.
Allí el destierro es condenado de antemano
a un olvido sombrío
y las estaciones respiradas en la punta de un rincón
reviven manteles blancos.
Danzan juguetonas figuras anárquicas
que llueven sobre mi cadáver como sobre un bosque.

Cuando el desarraigo se agazapa en el interior del habitante, se habla de extrañar. Esta palabra señala la congoja por la ausencia de algo; quizás sea la nostalgia por la ausencia del lugar en el cual uno se siente como en su casa.
La esencia del arte, consiste en ayudar a los hombres a habitar el mundo, y el verdadero habitar es el habitar poético, que significa “estar en la presencia de los dioses y ser tocado por la esencia cercana de las cosas”.
Creemos que es necesario recuperar los lugares originarios, aquellos que permiten la ensoñación, porque son esos lugares los que nos ayudan a habitar el mundo, como señala Bachelard. Este es el objetivo fundamental del film.








Leontina en Off
Las imágenes vuelan y me habitan
disuelven líneas negras
arroban cantos en bocas desdentadas
con gestos armoniosos evaden las tumbas
y surgen, surgen,
con violentas cargas, una y otra...
deben ser incontables.
Sin llamarlos vienen al trote
golpeando sus pies descalzos la tierra seca
se aparecen, nos invaden y nos exponen,
y nos acarician la piel como el sol de invierno.


Bachelard distingue ensoñación de sueño. En el soñador nocturno, el yo está ausente y en la actividad onírica de la ensoñación el soñador está presente, permanece un resplandor de la conciencia. Hay imágenes que permiten la ensoñación, sobre todo las engendradas por los poetas, pues ellos nos hacen concientes del matiz, de la sutileza, de la alegría de percibir como un modo de mantenernos alertas y no adormecernos. Estas intuiciones iluminan y fundamentan la inclusión de los textos poéticos en el film.

Las imágenes ficcionalizadas, que funcionan en el contexto como imágenes metafóricas le dan sentido pleno a la poesía y de algún modo las complementan.

PE de un aguila que esta desagrandose en lo alto de la montaña, que corre por la nieve.
PG de un algarrobo añejo prendiéndose fuego.
PE frontal de Cristo crucificado, tapado con un manto rojo, según el rito católico de cubrir la cruz el "viernes Santo". El pájaro pitogüé esta parado sobre la cruz.
PG y PD de Leontina que limpia-acaricia, con un trapito, las heridas en la imagen de la virgen de Czestohowa.
PE de cartas escritas con tintas en polaco de sus familiares, caen un recipiente con agua en camara lenta, estas se destiñen lentamente.
PG de un trigal joven. Las espigas se mueven por la brisa. En el trigal aparecen cinco pianos mientras suena una improvizacion ejecutada en ese instrumento.
PE cenital de Leontina cosiendo un gran Koldra.
PG Leontina lleva en sus mano dos Koldra. Con uno cubre (abriga), la tumba., hasta cubrir todas las tumbas del cementerio, con Koldras de diferentes motivos.




A su vez, las poesías preparan metáforas visuales a través de las palabras, se nutren mutuamente, se configuran en el referirse mutuo, en el respirar el clima de la otra para adquirir verdadero sentido. Por esto mismo, las poesías sólo pueden ser comprendidas en el contexto del film y no fuera de él, pues se enriquecen dentro de ese panorama y no persiguen pretensiones literarias. Se ha tenido el cuidado en la elección de los términos y de las alegorías en los textos poéticos sabiendo que, van a ser escuchados y no leídos.



Off Leontina
Gira, gira
Una vez y otra.
Circula alrededor como un fuego
Silencia los colores
y los mueve hacia adentro.
Como un grillo que chilla,
taladra una y otra vez.
Como un ruido en la memoria
que no nos deja reposar nunca.
Primero nos hiere y luego nos adopta.


La pregunta a qué género atribuir este fílmico nos parece improcedente. Creemos que hablar de documental o ficción como categorías puras y contrapuestas es una falacia propia de abstracciones teóricas y de una concepción del cine y del arte que no cultivamos. Es imprescindible para nosotros (al menos en este caso), borrar tales límites, o tomar el riesgo de habitar en esa frontera donde la confluencia de ambas da como resultado un híbrido. Pretendemos habitar esa zona de ambigüedad donde “la confusión queda reforzada” de tal modo que no pretende del espectador una identificación mágica sino que, ante todo, busca inquietarlo, sacarlo de la pasividad y obligarlo “a tener con el relato y sus personajes una relación más critica”.

Semejante al documental, este film no pretende establecer un guión rígido, fundado en la soberbia del adivinador de prodigios que deja escapar lo esencial, la vida misma. Creemos necesario tener cierto plan de rodaje, ciertas escenas programadas a realizar, pero sabiendo que el fluir de la espontaneidad se muestra avasallante cuando permanecemos abiertos ante nuevas posibilidades. En el momento de llevar a cabo esos planos y esas escenas, “las circunstancias exteriores en el lugar del rodaje, el ambiente, el estado de ánimo...., todo eso lleva a soluciones nuevas, originales, inesperadas”.





En los documentales, como sabemos, trabajamos con personas y no con personajes. A las personas no se las modela, no se les exige comportarse de una u otra manera, habitan en situaciones cambiantes que imponen un ritmo, construyen sus tiempos y espacios propios que es necesario respetarlos, si queremos que sus vidas fluyan y se expongan frente a las cámaras. Semejante al drama, existirán en el film metáforas ficcionalizadas, como ensoñaciones o sueños de los personajes que de pronto adquieren realidad. Pero las mismas adquieren su sentido en relación al carácter de las personas protagonistas y pretenden ser una prolongación genuina o desprendidas de determinadas situaciones reales.
Preguntarse si las metáforas ficcionalizadas son más relevantes que las escenas propiamente documentales no es algo que intentamos definir.
Explícitamente pensamos en darle un espacio a los objetos, tornándolos en una especie de naturaleza muerta. Mostrar los objetos del galpón del fondo, esos entes en desuso, significa poner de manifiesto objetos que han dejado de ser funcionales. Mostrar una balanza herrumbrada, una máquina de tejer desarmada, develan a su vez, que la distribución del tiempo entre nosotros se ha transformado. Deleuze dice que en el cine de Visconti “los objetos cobran realidad material autónoma que los hace valer por sí mismos”. En ese sentido, podemos afirmar que en esta realización los objetos adquieren determinado papel, se convierten en memoria materializada, en personajes secundarios mostrando en sí mismos lo que fuimos… lo que somos.

PG a la sombra de dos paraísos, acostadas sobre una mesa, duerme Leontina, con un libro que le tapa la cara. PE desde atrás, en la que se nota el libro sobre el rostro y sus pies descalzos. Archivo VHS (1992)




Off Leontina
Un libro abierto
en una página insospechada
espera inútilmente
desplegarse en una frase.
Las hojas vuelan
en un mar de sombras y deseos
y aparecen en gestos
los que se han ido
Y ellos sueñan los sueños de una siesta.

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