Nota a Marcel, Diario "Epoca"

Nota de Maria del Carmen Ruiz Diaz, para el diario "Epoca" de Corrientes.


¿Por qué elegiste ser director de cine?
  • En realidad creo que nunca me puse a pensar seriamente por qué, pero creo que tiene mucho que ver con el hecho de que mi papá, que a parte de ser Juez de Paz (que linda palabra no?), era fotógrafo y quizás yo haya decidido –en forma inconsciente- darle movimiento a esa imágenes que él tomaba con su cámara. El era un apasionado, todo momento memorable o no de la vida familiar era retratado, inclusive las muertes y los velorios para después mandarlos a los parientes que estaban en Europa. Recuerdo que una vez me contó que tenia que sacarle una foto a un muerto e inclinaron el cajón en 45 grados y cuando se acomodaron los familiares alrededor, el muerto empezó a caerse, esa imagen me da vuelta todavía en mi cabeza, la anécdota no se si fue cierta, pero la imagen es extraordinaria. Creo que heredé de él la pasión de contar cosas a través de la cámara.

Vos estudiaste en Buenos Aires, ¿te recibiste?
  • Si estudié en la Universidad del Cine, pero en realidad cuando me faltaban un par de materias para recibirme, empezaron las dudas, primero me di cuenta que mis compañeros y yo estábamos filmando de la misma manera, contábamos historias distintas, pero la forma que lo hacíamos era la misma, y creo que era un dictado de la universidad y por otro lado me encontré accidentalmente con quién para mi es un genio: Leonardo Favio, lo encontré en una farmacia y te juro que tenia un docena de rosas en la mano, me anime y le pregunté si era necesario estudiar cine; me dijo que él no lo había hecho y que no era necesario, pero si me dijo que leyera mucho y viera muchas películas y de distintos paices que ahí iba a aprender. Ahí tomé la decisión de dejar, porque sentía que la universidad me estaba estructurando y encasillando y yo eso no quería.

¿Por qué dejaste la productora de Gastón Portal y volver?
  • Volví después de 8 años y de estar trabajando muy bien en la productora de Gastón, creo que por varios motivos uno toma una decisión así, una es que nunca me "halle" en Buenos Aires, no sé, creo que nunca encontré mi lugar en la ciudad, hay un filosofo que hablaba sobre el sentido de la "casa" y decía que es en donde uno verdaderamente "es", y es acá es en donde verdaderamente soy. Otro motivo es que extrañaba mucho mi gente, mi familia, los afectos, el olor a tierra mojada, la siesta, los saludos, el chisme (risas) un montón de cosas. Y otro elemento es que quería hacer proyectos mas personales, con mi ritmo, con mis tiempos, en mis lugares y en la televisión lo que reina es la inmediatez y eso me aturdió.


¿En el NEA hay historias para contar?
  • Demasiadas. Por donde mires hay historias por contar, creo que hay cierta virginidad al respecto y no es necesario montar grandes escenarios ni tener una superproducción. Yo creo que se puede contar y aportar mucho desde una película, pero que para eso se debe tener claro qué es lo que se quiere se quiere transmitir con una imagen. Una muestra del buen cine que se puede hacer en el interior son las películas de Lucrecia Martel; tanto “La ciénaga” como “La niña santa” que trasmite con mucha fuerza como es vivir en Salta, fueron dos trabajos que fueron reconocidos a nivel internacional y que tuvo el reconocimiento y el acompañamiento de la gente que se sintió identificada con historias sencillas y sin demasiadas pretensiones.

¿Qué estás haciendo ahora?
  • Estoy trabajando en un documental ficcionalizado o una ficción documentalizada, depende de donde lo mires, titulado “¿Se escucha?”, creo que es una pregunta en forma de grito que damos, ante una realidad absurda, en el film intentamos reflejar los padecimientos de cientos de pobladores que fueron a la capital provincial en busca de una mejor oportunidad laboral y de vida, pero cuando llegaron se encontraron con otra realidad, una cruel realidad que los lleva a vivir en la marginalidad; ellos fueron formando las famosas villas o asentamientos. La historia transcurre en el Gran Resistencia, lugar donde ocurre, como en tantos otros lugares, la ocupación ilegal de tierras. La pretensión es contar esa realidad, pero además cuál es el papel de la clase dirigente en esta historia común que se viene produciendo hace mucho pero que se profundizó aún más en la crisis de 2001.

¿Cómo se financia tu proyecto?
  • El guión fue presentado en un concurso de guiones para proyectos titulado “Crisis” en el 2002, organizado por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). y se eligieron 13 de unos 300 proyectos. A la preproduccion la empezamos cuando llegue a Resistencia, a comienzo de este año, durante todo el mes de Junio se filmo y ahora estamos en pleno proceso de edición aca y durante todo el mes de diciembre me voy a Buenos Aires para terminarla. La película va a estar para fin de año. Y el año que viene se estrenan los 13 trabajos en el festival de Mar del Plata. A todo este proceso Chabrol, un cineasta francés, lo describe así: durante la escritura se cocina, durante el rodaje se come y en la edición se lavan los platos.

Paralelamente, ¿estás trabajando en otro proyecto?
  • Si, estoy trabajando en "Koldra", una historia muy particular y personal porque cuenta la historia de mi abuela. Estrene acá en Ctes. una adelanto, que son unos 20 minutos, el año pasado en el Festival y fue muy fuerte porque era la primera vez que lo mostraba y me mostraba. A parte esta en internet en www.koldra.com.ar Es un trabajo completamente subjetivo y poético que trata de la búsqueda de elementos (lugares, personas, fotos, filmaciones) que permitan reconstruir aquello que conforma nuestra identidad, los fragmentos de los que estamos hechos y que constituyen lo que somos. Creemos que es necesario recuperar los lugares originarios, aquellos que permiten la ensoñación, porque son esos lugares los que nos ayudan a habitar el mundo


¿Porque Koldra?
  • Se llama "Koldra" porque mi abuela extendió una tradición familiar polaca, cosiendo “colchas de camas”, hechas de retazos de telas sobrantes de otras prendas que regalo a sus hijos, nietos, bisnietos, parientes y amigos. El film está compuesto por estructuras independientes que conforman un gran koldra. La elaboración de los mismos está realizada en base a recortes de la vida cotidiana de Leontina, fotografías y material de archivo, voz en “off” de poesías leídas por Leontina, metáforas ficcionalizadas, todos estos elementos están matizados con la presencia de la muerte que sobrevuela los diálogos que la abuela establece.